wrapper

Últimas Noticias

Autor: Revista Gestión *

La llegada de Pedro Castillo a la presidencia de Perú ha generado incertidumbre y preocupación. Sus propuestas extremas a lo largo de su campaña se reflejaron en una caída histórica del sol peruano y un desplome del -7,7% en la Bolsa de Valores de Lima. Su posición nacionalista y anti neoliberal en materia de comercio exterior plantean una incógnita sobre el futuro de los acuerdos Ecuador-Perú, y las repercusiones en la Comunidad Andina y la Alianza del Pacífico, como lo analizamos en una entrega previa. Aun así, el cierre de las relaciones económicas no favorecería a nadie, por lo que se espera que las barreras ideológicas se superen, y se opte por una cooperación bilateral amistosa.

En una edición anterior, se exploró la posible interferencia de las tendencias ideológicas del nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, sobre la economía peruana y sus relaciones comerciales. Desde su popularización, el exmaestro de escuela rural ya generaba incertidumbre en los distintos actores estratégicos de la economía. Previo a la segunda vuelta electoral, más de 75% de las empresas decidieron postergar sus inversiones para este año.

La sensación de incertidumbre se agravó con el anuncio oficial de los integrantes del gabinete ministerial. La presentación del nuevo primer ministro peruano, Guido Bellido, sorprendió a los peruanos, dada su posición radical izquierdista. Debido a esto, se sembró la duda sobre la dirección económica de Perú, ya que este nombramiento se contrapone con las perspectivas iniciales de un mandato de izquierda posiblemente moderado por parte de Castillo. Y los mercados internacionales no reaccionaron bien ante las decisiones presidenciales.

Tras el anuncio, el sol peruano experimentó su mayor caída diaria en más de siete años, siendo este un desplome histórico, de acuerdo con el Instituto Peruano de Economía (IPE). Se superó la barrera psicológica de los cuatro soles, alcanzando un tipo de cambio de 4,07 soles por dólar, con una subida semanal de 3,92%.

Ante la mayor demanda de divisas por el nerviosismo de los inversionistas, el Banco Central de Reserva (BCR) del Perú concretó una venta de $ 293 millones en Certificados Depósitos Reajustables (CDR), para regular la liquidez del sistema financiero y reducir las presiones al alza sobre el tipo de cambio. No obstante, el sol ha seguido con una senda alcista, cerrando la mitad del mes de agosto con 4,08 soles por dólar.

Esta situación encarece los productos de la canasta básica, que son en su mayoría importados, por lo que las personas con menos ingresos son las más afectadas. De acuerdo con la Sociedad Nacional de Industria (SNI) de Perú, uno de cada tres alimentos de la canasta básica ha incrementado sus precios por la volatilidad de la moneda con respecto al dólar.

Asimismo, la Bolsa de Valores de Lima (BVL) desde el mes pasado se encuentra operando con la mayoría de sus indicadores en rojo, con una fuerte caída del 7,7% del precio de las acciones. En suma: no se sabe qué esperar. Y, aunque el riesgo país peruano se ha mantenido estable en el tiempo (incluso en estos tiempos de ruido político) y reportando el indicador más bajo de la región, las cosas no pintan del todo bien.

Las perspectivas mejoraron con el anuncio de Pedro Francke como ministro de Economía y Finanzas, quien pretende manejar las cuentas de una manera más conciliadora. Pero parece que no es suficiente para dar luces de lo que se viene, tanto al interno de Perú, como sus relaciones comerciales con otros países, como Ecuador.

ECUADOR Y PERÚ, DOS VECINOS ESTRATÉGICOS

Perú y Ecuador hace más de dos décadas, protagonizaron una serie de constantes disputas y desacuerdos limítrofes, que cesaron con la suscripción del Acuerdo de Paz de Itamaraty, el 26 de octubre de 1998. El trasfondo de este consenso no solo consistía en establecer unos límites fronterizos, sino lograr un nuevo escenario de cooperación.

Hasta ese momento, el comercio bilateral era reducido, se comercializaban principalmente semillas, uvas, manzanas, jugos, cacao, grasas y aceites, harinas, pieles, entre otros. Estas listas fueron considerablemente ampliadas bajo la Decisión 414 de la Junta del Acuerdo de Cartagena, en 1997, lo que dio paso a una relación que se ha ido fortaleciendo hasta la actualidad. Esto solo fue posible gracias a que ambos países pertenecían al Pacto Andino, hoy Comunidad Andina (CAN).

A partir de ese crucial hito, se ha impulsado enormemente el comercio peruano-ecuatoriano, creciendo también por la firma del Convenio de Aceleración y Profundización del Libre Comercio, que estableció el arancel cero para el intercambio bilateral. Actualmente, Perú es el cuarto socio comercial de Ecuador en América, después de Estados Unidos, Panamá y Chile. Según el BCE, las exportaciones a Perú representan más del 7% de las ventas ecuatorianas en Latinoamérica, y las importaciones equivalen al 6%.

En la última década, las exportaciones ascienden a $ 1.300 millones al año en promedio, mientras que las importaciones alcanzan los $ 880 millones. Esto implica que el Ecuador ha percibido un saldo positivo a favor de alrededor de $ 450 millones desde 2011.

MENOR DIVERSIFICACIÓN AFECTA LA BALANZA COMERCIAL PARA ECUADOR

Históricamente, la balanza comercial ha favorecido con mayores ventas al Ecuador, lo que obedece al gran desempeño del sector exportador de petróleo crudo hacia Perú.

De acuerdo con el Banco Central del Ecuador (BCE), solo durante el 2020 la balanza fue negativa por más de $ 228 millones, como consecuencia de la reducción considerable del volumen total de la extracción del crudo, así como las bajas en la demanda peruana de derivados del petróleo. Según el BCE, en las épocas prepandemia, Ecuador facturaba más de $ 600 millones por dichos productos, mientras que por la crisis sanitaria se contrajo a $ 31 millones.

En lo que va del 2021, de enero a mayo, Ecuador todavía sigue registrando una balanza comercial total negativa con su país vecino, de más de $ 120,8 millones. (Tabla 1).

Tabla 1

Balanzas comerciales totales ($ Millones)

 

En ese sentido, las pérdidas por ventas petroleras han aumentado entre 80% y 90% desde el año pasado, pero las proyecciones más alentadoras indican que la demanda recién se va a empezar a recuperar desde el 2022.

La balanza comercial no petrolera también presentó un déficit para el Ecuador durante la pandemia, siguiendo la tendencia negativa por el rendimiento en Perú en diversos productos por fuera de los derivados del crudo. Eso sí, la brecha fue menor en comparación con años pasados, debido a que la crisis sanitaria redujo también las importaciones, llegando a un total de $ 306 millones, mientras que en el 2019 fueron de $ 788 millones (Gráfico 1).

Gráfico 1

Balanza comercial no petrolera Ecuador-Perú ($ Millones)

 

Los productos que más se importan desde Perú de acuerdo con la clasificación de subpartidas arancelarias del BCE, son las preparaciones para la alimentación animal de uso acuícola. Esto incluye procesos de alimentación, fertilización y la implementación de dietas suplementarias en los procesos de cría de organismos acuáticos.

Tabla 2

Principales productos importados desde Perú ($ millones FOB)

 

Los demás productos se encuentran en una gama similar, con una gran especialización; incluso las preparaciones para higiene y el alambre de metal presentaron un despunte en las compras durante la pandemia. Y aunque es evidente que la economía peruana presentó altercados en la pandemia, y una baja en la mayoría de sus productos, no se vio tan golpeada en los indicadores agregados de la balanza. Esto indica la consolidación de las industrias peruanas y su nivel de resiliencia.

No así en el caso ecuatoriano, en donde las exportaciones presentan, en su mayoría, un bajo grado de diversificación, lo cual implica mayor vulnerabilidad ante cambios en las tendencias de comercio internacional, o shocks externos, como la pandemia.

El problema sigue residiendo en la limitada oferta ecuatoriana al exterior, y su poco valor agregado, lo que hace a los productos fácilmente reemplazables. De acuerdo con el BCE, a pesar de que se venden más de 1.000 productos distintos al Perú, únicamente 50 de ellos alcanzan ventas de cerca $ 1 millón cada año.

Actualmente, los principales sectores para la exportación a Perú son los alimentos procesados, los productos metal-mecánicos (cuchillas, punzones, brochas para cerrajería), y productos forestales elaborados. De ellos, solo los alimentos presentaron un buen rendimiento durante la pandemia, mientras que los demás presentaron pérdidas de más de $ 10 millones en los primeros meses del 2020 (Gráfico 2).

Gráfico 2

Tres principales sectores exportadores Ecuador-Perú ($ millones)

 

Los principales productos que vende Ecuador a Perú incluyen minerales de cobre y sus concentrados, tableros de madera, preparaciones para la acuicultura y demás cocinas de combustibles gaseosos. Aunque no presentan una diversificación tan fuerte, la necesidad de presionar hacia una mayor exportación por la deficiencia en el sector exportador logró que en muchos casos, las exportaciones subieran, como en los alimentos para animales y concentrados de plomo y cobre (Tabla 3).

Tabla 3

Principales productos exportados a Perú ($ millones FOB)

 

Esto indica que el Ecuador podría encaminarse hacia un rompimiento de las barreras que limitan la competencia de sus productos en el exterior, de manera que se incremente progresivamente la productividad y la competitividad nacional frente a sus países vecinos.

CERRAR LAS PUERTAS NO ES BENEFICIOSO PARA NADIE

La propuesta de revisión de los tratados por parte de Perú genera debate por las complicaciones que eso traería consigo. Las políticas extremas que Castillo mencionó durante su campaña se contraponen a la apertura al comercio internacional, que se ha convertido en uno de los mejores motores para el desarrollo.

La política económica peruana en los últimos años ha apostado por ajustes internos eficientes, con una disciplina fiscal que incluye ingresos estables y gastos más focalizados e inteligentes, poniendo hincapié en la orientación de recursos hacia los sectores sociales y el apoyo a la actividad productiva, así como a la exportación.

Durante las últimas dos décadas, Perú ha sido uno de los principales destinos de inversiones extranjeras en la región. Pero los cambios que se avizoran generan expectativa en materia de comercio exterior, ya que, según el plan de gobierno de Castillo, se realizará una renegociación de los acuerdos y en caso de que el gobierno no esté conforme con las revisiones, se anularán los convenios.

El cierre de los tratados no sería rentable para la nación peruana. Los precios de los productos importados aumentarían considerablemente, lo que afectaría tanto a consumidores como a empresas que necesiten de insumos o productos intermedios de fuera. Por lo tanto, estos mayores precios impactarán negativamente en el consumo y la inversión y, en consecuencia, en la actividad económica del país, lo que termina afectando a las personas que intenta proteger en un inicio.

Esto se agrava cuanto se toman en cuenta las retaliaciones de los países que sufran restricciones para que sus productos ingresen a Perú. De acuerdo con Xavier Rosero, vicepresidente Ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), una consecuencia prácticamente inevitable del proteccionismo extremo son los ajustes de las demás naciones en consecuencia. “Si Perú llegase a truncar el flujo comercial de productos extranjeros a su país, las posibles represalias pueden constituir las mismas dificultades de los productos peruanos entrando a otros países”, explica Rosero.

En ese caso, se termina quitando la oportunidad de competencia de los productos peruanos a nivel internacional, por lo que no se incentiva las mejoras en productividad y los bienes y servicios se estancarían únicamente dentro del país. Por lo tanto, no se crea un entorno favorable para empresas y compañías debido al encarecimiento de la economía, donde se ven especialmente perjudicadas las Mipymes y los pequeños emprendimientos.

Es por este motivo que cerrarse al comercio, no beneficia a ninguna de las partes. La economista e investigadora de Comercio Exterior Beatriz Luna concuerda con esta perspectiva, mencionando que “no es negocio para ninguna de las partes cerrar puertas o restringir negocios”. Frente a esta perspectiva, resulta más favorecedor optar por políticas de cooperación e integración multilateral.

Es más, la evidencia histórica demuestra que la anulación de acuerdos es difícil de llevar a cabo, y más aún en la coyuntura actual de cooperación internacional. El caso de la salida de la CAN de Venezuela en el 2006 demuestra que, a pesar de su retiro, las condiciones permanecieron prácticamente iguales, en términos de intercambios de productos y pagos de aranceles. En ese sentido, se prioriza más el efecto político de los retiros que los cambios económicos en sí.

¿CASTILLO CONDENA A PERÚ A UNA REDUCCIÓN MASIVA DE INVERSIONES?

Las inyecciones de inversión entre Perú y Ecuador han tenido un flujo medianamente constante desde inicios del milenio, pero de manera desigual. Las disparidades del intercambio de capitales han favorecido principalmente a Perú, tal que las inversiones ecuatorianas hacia el país vecino bordean los $ 2.200 millones, mientras que lo percibido por el país no es ni la cuarta parte de ese rubro, ubicándose en alrededor de $ 508 millones, según el BCE. Los $ 23 millones anuales que recibe el Ecuador no se comparan con los $ 100 millones anuales que percibe el Perú.

Los sectores que más percibieron Inversión Extranjera Directa (IED) por parte Perú durante el primer trimestre del 2020, fueron transporte, almacenamiento y comunicaciones, con una inyección de $ 172 mil. No obstante, eso no equiparó la fuga de $ 1'149 millones en el sector de Comercio que captó la nación peruana, y que dejó un déficit de las captaciones de IED por parte del país de $ -975 mil (Tabla 4).

Tabla 4

Flujo de Inversión Extranjera Directa de Perú en Ecuador ($ millones)

 

Estas dinámicas dispares que culminan en la fuga de capitales de las empresas ecuatorianas nacen de la búsqueda constante por consolidar sus operaciones con menores costos y mejores oportunidades de negocios, cuestión que han logrado en Perú con mayor facilidad, por lo que deciden asentarse ahí.

Este escenario ha sido posible en Perú gracias al crecimiento económico y reducción de la pobreza a través de la disciplina fiscal y la apertura de sus mercados, mientras que el Ecuador se ha caracterizado por ser inestable en cuanto al ambiente empresarial y las posibilidades de inversión, por leyes cambiantes y poca facilidad de operación. Es así que el constante cambio de las reglas de juego no es atractivo para los inversionistas y disminuye las posibilidades de crecimiento orgánico nacional.

Pero con los cambios geopolíticos que se están presentando a nivel regional, es posible que las tendencias cambien, y que debido a las acciones que emprenda Perú en los próximos meses ya no resulte tan atractivo, mientras que el gobierno ecuatoriano de Lasso busca tratar de posicionarse como destino de inversiones.

Hasta el momento, las cifras no oficiales indican que alrededor $ 14.000 millones de depósitos han salido del Perú desde la segunda vuelta electoral, lo que equivale al 6% del Producto Bruto Interno (PIB) peruano. En ese escenario, el Ecuador podría absorber, de esa fuga de capitales, un 5% a 10%, solo si el aparato estatal cumple el reto de consolidar la economía ecuatoriana e instaurar una reforma tributaria sólida que no ahuyente las posibilidades de asentamiento de nuevas empresas.

No obstante, esa nueva absorción no lograría equiparar las pérdidas comerciales si se culminaran los acuerdos bilaterales con Perú. De acuerdo con Xavier Rosero, “se sigue perdiendo al final. El hecho de que venga una empresa peruana a Ecuador es positivo, pero ese es el resultado de una restricción severa del comercio entre los dos países. Entonces, lo que se gana con la entrada de algunas firmas peruanas, se pierde con el flujo del comercio que se cortó en primer lugar”.

Esto obedece a la dificultad en reorientar los productos que antes se vendían a Perú y encontrar compradores en la región que reemplacen al antiguo socio comercial. “Es difícil porque tienes que sustituir una participación de mercado que ya estaba asegurada”, explica Rosero a GESTIÓN. En ese sentido, una recaptación de la posible captación de fuga de capitales peruanos no compensaría las pérdidas por la falta del comercio entre los dos países.

Finalmente, las relaciones comerciales sí se ven afectadas por las tendencias ideológicas presentes a lo largo de Latinoamérica, pero su anulación es riesgosa y poco difícil de llevar a la práctica debido a la dificultad que representa una autarquía en los tiempos globalizados actuales.

La evidencia indica que lo mejor es propiciar un ambiente de ganar-ganar, donde todas las partes salgan beneficiadas, debido a que cerrarse implica exponerse a retaliaciones que únicamente terminan afectando a los grupos más vulnerables. El Ecuador debe seguir optando por una apertura e integración total que incite un mayor crecimiento regional en su conjunto.

 

 

(*) Elaborado por Aitana Veloz, analista económica Revista Gestión.

 

 

Si va a hacer uso de este artículo, por favor cite la fuente original. Artículo de información (I).

Encuentre contenido relacionado en nuestro archivo histórico:

¿La nueva política exterior del Perú puede beneficiar al Ecuador?

Si todo sale bien, la economía ecuatoriana podría mejorar más de lo previsto

El acuerdo con México, el paso final para llegar a la Alianza del Pacífico

El comercio con Reino Unido deja más ventajas al Ecuador

Los bienes primarios sostuvieron el comercio con la UE en la pandemia

Last modified on 2021-08-22

Quiénes somos

GESTIÓN es una publicación digital producida y editada por la Consultora MULTIPLICA.

MULTIPLICA es una compañía de consultoría e investigación, fundada en enero de 1994. Su objetivo central es llevar adelante investigación aplicada en las áreas empresariales, macroeconómicas, finanzas y desarrollo.

Entre sus actividades específicas está la producción, investigación y análisis de información macroeconómica, sectorial y de coyuntura. Cuenta con un grupo de profesionales en las áreas de economía, finanzas, comunicación y ciencias sociales.