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Autor: Revista Gestión *

El 2020 finalmente cerró su economía medida por el PIB con una contracción de -7,8%, es decir, alcanzó los $ 66.308 millones en precios constantes. Todos los componentes del PIB cayeron de manera importante, pero más crítica fue la caída de la inversión (-11,9%) y las importaciones (-7,9%). Mientras que las industrias más golpeadas en 2020 fueron la refinación de petróleo, el sector del turismo y la construcción. Los resultados del 2020 son los más negativos desde que se sistematiza los datos nacionales.

La noche del 31 de marzo, el Banco Central del Ecuador (BCE) publicó los resultados definitivos del desempeño económico del 2020. Debido a la emergencia sanitaria por la COVID-19 se esperaba un fuerte decrecimiento de casi todas las economías a nivel mundial, y así fue. Sin embargo, el resultado final para el Ecuador fue mejor que las proyecciones de los distintos organismos.

El Ministerio de Economía y Finanzas y otras instituciones del sector público y privado estimaron una contracción interanual del PIB de -8,9% (o $ 65.535 millones en valores constantes), mientras que el FMI estimó una contracción de -9,5% para el 2020. La realidad fue mejor, pues la economía en 2020 se contrajo en -7,8%, alcanzando un valor nominal de $ 66.308 millones de dólares a precios constantes (Gráfico 1).

Esta tasa de variación, aunque más positiva que la esperada, sigue demostrando una economía fuertemente golpeada por la pandemia. Esta es la caída del PIB más profunda del siglo XXI y también del siglo XX. Las tasas más cercanas de contracción económica se dieron en 1933, por efectos de la Gran Depresión, con una reducción del PIB de -4,2%, y en la crisis bancaria de 1999, cuando el PIB cayó en -4,7%.

Gráfico 1

Producto Interno Bruto 2007-2020

 

 

TODOS LOS COMPONENTES DEL PIB DECRECIERON, PERO LA INVERSIÓN FUE LA MÁS GOLPEADA

Este decrecimiento del PIB se explica por una contracción en todos los componentes, sin excepción (Gráfico 2). La Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF) o inversión fue la que tuvo mayor decrecimiento (-11,9%). Esto se debe especialmente al bajo desempeño del sector de la construcción que representa 70% de la estructura de esta variable.

Las importaciones fueron también profundamente reducidas (-7,9%) comparado con 2019. Los bienes que disminuyeron en compras en el exterior fueron: combustibles y lubricantes (-36,2%), bienes de capital (-22,8%), bienes de consumo (-16,8%) y materias primas (-13,7%). La caída en las importaciones permite mantener más capital dentro del país. Sin embargo, también implica una caída en insumos para la producción, así como de maquinarias y equipos que permiten aumentar la capacidad del sector productivo.

Mientras que las exportaciones, aunque también decrecieron respecto al 2019, fue el componente menos afectado. Las exportaciones de bienes y servicios presentaron una caída de -2,1%. Pero no todo el sector se contrajo dado que hubo productos clave que fueron más demandados por el mercado externo. Estos fueron: camarón elaborado (8%), banano, café y cacao (4,7%), pescado y otros productos acuáticos (4%), entre otros.

La caída en las importaciones permitió que el Ecuador tenga una balanza de pagos en cuenta corriente positiva. Especialmente por la cuenta de bienes que presentó un superávit asociado al mayor flujo de exportaciones (de $ 20.462,0 millones) que de importaciones, de $ 17.130,8 millones. Cabe destacar que fueron las exportaciones no petroleras las que generaron ingresos que compensaron el desempeño negativo de las exportaciones petroleras.

Gráfico 2

Componentes del PIB 2020

 

 

El gasto de consumo de los hogares se vio fuertemente contraído también, en -7% respecto al 2019 debido a la caída generalizada de la economía, mayor desempleo, pobreza y, por ende, menor capacidad de consumo. El tercer trimestre fue donde más cayó este rubro (-11,7% interanual) que coincide con el periodo de confinamiento obligatorio y la paralización de la mayoría de las actividades económicas. La caída de consumo se vio reflejada en la reducción de las importaciones de bienes de consumo y en el decrecimiento de -23,4% de las operaciones de crédito de consumo otorgado por los bancos privados y la economía popular y solidaria.

De igual manera, el gasto final del gobierno se contrajo en -6,1%. Esto se debe a las políticas de austeridad que se aplicaron en el 2020 para reducir el déficit fiscal. Las principales reducciones del gobierno se dieron en las remuneraciones (-7,6%), donde se ahorró $ 705,3 millones respecto al año anterior, así como en la compra de bienes y servicios (-25,8%), donde el presupuesto ejecutado se redujo en $ -588,4 millones frente al 2019.

APENAS TRES INDUSTRIAS CON DESEMPEÑO POSITIVO EN 2020

El impacto de la pandemia no golpeó a todos por igual. Hubo sectores que tuvieron mayor flexibilidad y, por ende, resiliencia para resistir la crisis sanitaria, mientras que otras se vieron muy limitadas para seguir en funcionamiento a causa de las restricciones de movilidad. Este fue el caso del sector del turismo, que se encontró limitado a mantenerse operativo, especialmente en los primeros meses de pandemia.

Aun así, la refinación de petróleo fue la industria más contraída en el 2020 (-19,3%). El motivo detrás es la reducción en la producción de derivados que alcanzó los 60,34 millones de barriles, es decir, -20,2% respecto a 2019. En general, el sector petrolero tuvo una contracción del VAB de -9,8% por el deterioro en el desempeño de la extracción petrolera. En parte, se asocia con la ruptura de los oleoductos, pues desde entonces la recuperación ha sido lenta.

Luego están las industrias que forman parte del sector turístico. El transporte presentó un decrecimiento de -13,8% por las restricciones de la circulación a nivel nacional; de tal forma que el consumo de gasolina extra y diésel destinado al transporte terrestre y marítimo mostró un decrecimiento anual de -19,4%. En tanto que el VAB de alojamiento y servicios de comida cayó en -11,6%, explicado por el confinamiento y la menor movilidad a nivel nacional e internacional, pues la llegada de extranjeros al país se desplomó en -69% frente al 2019.

La construcción fue otra de los sectores más afectados y, al tener muchos enclaves productivos, deteriora el resultado del resto de variables como la inversión y el empleo. En 2020 presentó un decrecimiento de -11,1% por las dificultades que encontraron por la paralización de las actividades.

Gráfico 3

VAB por industria

 

 

Por el otro lado, solo tres industrias tuvieron un VAB positivo en el 2020: Acuicultura y pesca de camarón (5,2%), pesca -sin incluir camarón- (3,1%) y, marginalmente, correo y comunicaciones (0,1%). Las dos primeras industrias tuvieron un crecimiento gracias a una mayor demanda en el mercado externo. La acuicultura y pesca de camarón tuvo un incremento del 47,1% en las exportaciones a Estados Unidos, mientras las exportaciones de pescado y otros productos acuáticos crecieron en volúmenes vendidos a Rusia y Perú, en 34,4% y 66,7%, respectivamente.

La industria de correo y comunicaciones se vio beneficiada por la emergencia sanitaria dado al incremento en la demanda de internet y medios electrónicos para adaptarse a la nueva normalidad que implica el teletrabajo y la educación virtual. Según la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel), las cuentas de internet llegaron a 11,9 millones en diciembre de 2020, es decir, un crecimiento de 500 mil cuentas aproximadamente.

FINANZAS DICE QUE ESFUERZOS DEL GOBIERNO MINIMIZARON EL IMPACTO DE LA CRISIS

El ministro de Economía y Finanzas, Mauricio Pozo, destacó en una rueda de prensa la diferencia que hubo entre las estimaciones de los organismos internacionales versus el resultado final de -7,8%. Señaló que esta tasa es más compatible con los esfuerzos que el gobierno ha ido desplegando para sostener la crisis. Indica que para aplicar los mecanismos contra cíclicos en una época donde no existían ahorros, reservas, ni fondos fiscales para hacer frente a la pandemia y a la crisis se usaron fondos que provenían fundamentalmente de los multilaterales.

El año pasado hubo cerca de $ 8.000 millones de dólares de financiamiento externo, de los cuales $ 7.400 millones fueron de organismos multilaterales. El ministro Pozo indica que esto es importante porque “nos ha permitido que la actividad económica se siga moviendo y que no tenga el impacto original que se estimó”.

“El Ecuador ha manejado de mejor manera la crisis”, indicó Pozo. Lo atribuye al decrecimiento de la economía ecuatoriana en contraste con otras economías de la región con un impacto mayor como Perú (-11,1%), Argentina (-9,9%) y México (-8,2%).

Entre las acciones concretas y factores que Pozo señala favorecieron para minimizar el impacto de la crisis están: la Ley Humanitaria, para evitar el impacto en el empleo; las exportaciones no petroleras, que trajeron recursos a la economía; ahorro de recursos para la balanza de pagos y el presupuesto del Estado; la recuperación de reservas internacionales; los bonos de compensación y apoyo a los desempleados; y el monto más alto de remesas alcanzado.

Además, mencionó que la “salud ha sido la prioridad del programa económico el año pasado y sigue siendo para este año”, por lo que “se entregarán todos los recursos que sean necesarios, ahora con apoyo internacional, para atender la pandemia”.

El ministro cree que el país va buen ritmo: “Nosotros vamos caminando al ritmo que se requiere en el programa económico y en el acuerdo con el Fondo Monetario (FMI)”. Indicó además que el financiamiento está garantizado no solo para los meses que quedan del gobierno de Moreno, sino para todo el 2021. Sin embargo, mucho depende de la posición que tome el siguiente gobierno de continuar o no con los acuerdos con los multilaterales.

Se prevé una recuperación de alrededor del 3,1% para el 2021. “Probablemente no recuperemos los niveles del 2019, pero vamos a estar mejor”, dijo Pozo.

Luego del año más duro para el país, y el mundo, es congruente que haya una recuperación económica dado que las condiciones se van normalizando. Los esfuerzos del gobierno sí han ayudado a minimizar el impacto que no hubiera sido posible sin el financiamiento externo. No obstante, queda en tela de duda si el destino de los fondos fue adecuado ya que, aunque se diga que la prioridad fue la salud, el gasto público en ese rubro hasta el tercer trimestre cayó respecto a 2019.

Mucho le costará al siguiente gobierno levantarse de la crisis y será fundamental seguir con el apoyo internacional para que lo pueda hacer. Además, con una Asamblea muy dividida, el siguiente gobernante primero tendrá la tarea de crear alianzas para alcanzar algo de gobernabilidad.

 

(*) Elaborado por Karen Lucero, redacción Revista GESTIÓN.

 

 

 

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Last modified on 2021-04-04

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