wrapper

Últimas Noticias

Autor: Thibaut Bardon *

Escucha la radio, prende la televisión, lee el periódico o navega el Internet y verás que existe un gran consenso afirmando que la forma en la que hacemos negocios post-COVID será fundamentalmente diferente a lo que solíamos hacer. Todo el mundo está hablando de ello. La empresa post-COVID se presenta como radicalmente transformada, con el teletrabajo como la nueva normalidad, espacios de trabajo redefinidos y empleados con mayor autonomía y responsabilidad. Y dado que durante la cuarentena se han desarrollado nuevas prácticas, los gerentes deberán aprender a reinventar sus roles. Sin embargo, muchos empleados y gerentes parecen no ser conscientes de esto, o en cualquier caso, preferirían retornar al status quo.

La historia ha demostrado que las sociedades humanas no suelen aprender de las adversidades que atraviesan. Consideremos, por ejemplo, la crisis financiera global de 2008. Esto fue iniciado por la crisis de hipoteca de alto riesgo crediticio en Estados Unidos, y se extendió con una velocidad aterradora a través de la mayoría de las industrias, amenazando con destrozar la economía mundial.

Por un tiempo, todo el mundo, desde los líderes mundiales a los comentaristas más importantes y al mundo de negocios en general, parecía haber descubierto que algo estaba esencialmente mal con el sistema capitalista que conocíamos y acordó que, como mínimo, necesitaba ser revisado en profundidad, e inclusive moralizado. Y, sin embargo, aquí estamos, doce años más tarde, enfrentando otra crisis mundial de proporciones aún mayores, para descubrir que muchas de las cosas que se deberían haber hecho no se hicieron, y que de hecho, el status quo se mantuvo.

Cuando hablamos de empresas, las razones detrás de la dificultad que tienen los individuos y colectivos de desvincularse de su modus operandi históricamente tradicional ya son conocidas: el miedo a no poder cumplir con la tarea, la dificultad de encontrar soluciones ajustadas a los nuevos desafíos que enfrenta la empresa, la reticencia a invertir los esfuerzos necesarios para el cambio, el deseo de mantener el equilibrio de poder actual, la seguridad de que las recetas para el éxito de ayer son necesarias para el mañana o el miedo de enfrentar la incertidumbre y de llorar el pasado.

También podemos ver que muchos empleados y gerentes dentro de las empresas explícitamente quieren “que todo vuelva a lo que era antes”.  La idea de querer volver a tener una situación financiera más estable y de poder disfrutar de los beneficios de regulaciones de salud más laxas es sin dudas algo legítimo, pero querer que todo retorne a lo que era antes es adoptar un estado de negación. Una empresa debería ser un colectivo vivo que puede y debe aprender de las adversidades que sufre para así poder mejorarse a sí misma. En esencia, debería ser una organización que aprende.

Ante la crisis económica y de salud actual, las empresas deben ser resilientes. No obstante, mientras la resiliencia en física se define como la habilidad de un material de volver a su forma original luego de ser sometida a estrés, a la hora de hablar de resiliencia en las ciencias sociales, y especialmente cuando lidiamos con una empresa y sus empleados, no podemos utilizar la misma definición. De hecho, volver al estado original luego de un estrés como la crisis actual de COVID-19 significaría que tanto los individuos como el colectivo humano no aprendieron nada de su experiencia. En el contexto de las ciencias sociales, ser resiliente significa salir victorioso frente a las dificultades atravesadas. Lo que no te mata debería volverte más fuerte.

La resiliencia requiere que todas las personas dentro de una empresa sean conscientes de la necesidad de cuestionar los métodos operativos y de trabajo actuales en virtud de la crisis actual, y en particular, de las cuarentenas. Con esto en mente, los gerentes pueden realizar talleres de feedback para empleados, donde puedan compartir sus pensamientos e informarles acerca de qué funciona mejor para ellos. Entonces, los gerentes pueden crear o actualizar los procesos para construir de forma colectiva nuevos métodos de trabajo que sean compartidos por los equipos y así responder mejor a los desafíos nuevos y únicos de la compañía. Esto también puede suponer la búsqueda de nuevas oportunidades, la creación de valor y la capacidad de dar significado al trabajo de los hombres y mujeres en la empresa.

La empresa del futuro no existe aún, pero podemos crearla juntos. Debe ser construida de forma colectiva, no es una realidad que inevitablemente ocurrirá por sí misma. En cuanto a cómo se verá, esto es responsabilidad de todos: los empleados, los gerentes y los accionistas todos tienen una parte importante para desempeñar. A menos que todos trabajen juntos para construir la empresa del futuro, en las pesimistas palabras del autor francés Michel Houellebecq acerca del mundo post-COVID 19, “seremos los mismos luego de la pandemia, aunque un poco peor”.

(*) Profesor de Audencia Business School.

 

 

 

Revista Gestión no se responsabiliza por las opiniones ni comentarios publicados por sus colaboradores en este espacio, quienes son los responsables del contenido difundido. Si va a hacer uso de este artículo, por favor cite la fuente original. Artículo de opinión (O).

Encuentre contenido relacionado en nuestro archivo histórico: 

Latinoamérica y el Caribe deben repensar su futuro y el momento es ahora

El coronavirus nos deja lecciones para la vida

Los asuntos ecológicos y sociales deben primar en los modelos y estrategias de negocios

Economías de concierto: un gran salto en la productividad

El apoyo a las economías más golpeadas por el COVID-19 - ¿De dónde viene el dinero?

Last modified on 2020-09-22

Quiénes somos

GESTIÓN es una publicación digital producida y editada por la Consultora MULTIPLICA.

MULTIPLICA es una compañía de consultoría e investigación, fundada en enero de 1994. Su objetivo central es llevar adelante investigación aplicada en las áreas empresariales, macroeconómicas, finanzas y desarrollo.

Entre sus actividades específicas está la producción, investigación y análisis de información macroeconómica, sectorial y de coyuntura. Cuenta con un grupo de profesionales en las áreas de economía, finanzas, comunicación y ciencias sociales.