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Autor: Christian Voegtlin y Carine Girard-Guerraud*

La pandemia ha despertado preguntas esenciales de carácter político, ético y existencial en nuestro mundo. A medida que los negocios enfrentan desafíos nuevos y viejos, el pensamiento contemporáneo tradicional de gestión, focalizado en la economía y la psicología, ya no es capaz de responder a todas las preguntas. La filosofía, una herramienta ignorada en el mundo de los negocios, está preparada para tener un rol mayor y ayudar a los líderes a navegar los desafíos que hoy enfrentan. 

 Los filósofos empleados por las empresas, a los que a veces se les denomina Directores de Filosofía o CPO, comenzaron a aparecer hace unos años en empresas de Silicon Valley. Estos profesionales son una mezcla entre un coach de vida, un consultor y un estratega, y ayudan al director ejecutivo y a otros miembros del personal a abordar preguntas fundamentales como: “¿cuál es la mejor y más virtuosa forma de hacer negocios?”, “¿cómo puedo ser un buen jefe?” y “¿cuál debería ser el motivo de mi negocio?”. 

 Estas preguntas pueden ser particularmente relevantes en entornos que involucran tecnologías digitales como la inteligencia artificial (IA) y los algoritmos. No obstante, la cuestión sigue siendo: ¿cuál sería el valor agregado de un CPO?, ¿cuáles son exactamente sus roles y responsabilidades a la hora de influenciar la manera en la que estas tecnologías se usan y cómo se ajustan a la gobernanza sistémica cada vez mayor de las empresas? 

UNA BRÚJULA MORAL 

Los filósofos pueden ayudar a abordar preguntas acerca de qué tipo de ética está en juego y cuáles son los estándares que deberían aplicarse a la hora de programar inteligencia virtual, y más específicamente, a la hora de diseñar la forma en la que la IA debería interactuar con humanos. Por ejemplo, el uso de los algoritmos en plataformas como YouTube donde se atrae a los espectadores a ver más videos que, según indican diversos estudios, los llevan a contenidos que fomentan la división, son sensacionalistas y que, cuanto más se ven, más adictivos se vuelven.  

Estos algoritmos, ¿deberían estar programados con el principal propósito de maximizar el tiempo del usuario en la plataforma sin importar adónde lo llevan estas sugerencias? Tener un CPO podría ayudar a crear una guía para lograr una programación más ética, lo que a su vez podría enfatizar la importancia de los valores democráticos y el debate representativo. 

SIGNIFICADO Y MEDIACIÓN 

La idea detrás de la figura del Director de Filosofía es atractiva y la posición podría ser muy útil en un entorno laboral que cada vez es exponencialmente más complejo. La filosofía puede brindar un propósito y una guía mediante el abordaje de preguntas esenciales acerca del significado y puede ser una herramienta útil para examinar cómo queremos vivir juntos y tratar a otros. Los CPO pueden obrar como mediadores y ayudar a los jefes o emprendedores agobiados a alejarse de sus tareas diarias y ver el panorama general.  

INNOVACIÓN 

El CPO también puede ayudar a guiar a las startups innovadoras a evaluar sus metas de negocios. En un mundo en el que enfrentamos grandes desafíos de sostenibilidad, como recientemente indicaron las Metas de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, lo ideal sería que la innovación contribuya a un futuro sostenible. En este caso, el rol del CPO sería dirigir a un negocio hacia una innovación que combine el propósito moral con las ganancias. Además, el pensamiento filosófico puede asistir a los innovadores tecnológicos a la hora de definir los límites de sus innovaciones, desde los asuntos relacionados a los derechos de privacidad hasta los valores humanísticos de la inteligencia virtual. 

LIDERAZGO Y RENDIMIENTO 

Cuando hablamos de liderazgo, todos conocemos ejemplos de momentos en los que las cosas se desviaron completamente y en esas instancias hubiera sido útil tener a alguien en el lugar capaz de guiar a las personas con respecto a cuál debería ser el propósito del liderazgo. Este CPO puede jugar un rol a la hora de aconsejar a la alta gerencia y de influenciar la gobernanza corporativa. 

Hoy no alcanza con que los directores ejecutivos y la alta gerencia simplemente validen una estrategia, sino que se espera que contribuyan activamente a ella. Por ejemplo, pueden alertar a la empresa del potencial riesgo de utilizar datos en modelos predictivos nuevos y cada vez más sofisticados o en modelos de contabilidad en los que existe un impacto medioambiental.  

La filosofía concientiza acerca de los límites de lo que podemos saber y lo que podemos alcanzar de forma realista, e interpreta el conocimiento. Los CPO también pueden ayudar a cuestionar el rendimiento de los modelos y métodos para así evitar cualquier obstáculo, como el hecho de que los demás piensen que la empresa está realizando un “lavado en verde” de asuntos ambientales y sociales.   

Finalmente, debido a que nos encontramos en una nueva era conocida como “antropoceno”, donde la actividad de los humanos afecta duramente la actividad de la Tierra, los líderes se enfrentan a decisiones duras, y contar con la reflexión filosófica facilitada por un filósofo calificado podría resultar útil para que los miembros de la junta directiva pudiesen comprender el impacto de sus decisiones. 

DESAFÍOS 

La contratación de filósofos es un fenómeno nuevo y emergente que recién empieza. Seguramente, al principio se reciba con una mezcla de sentimientos y generaría algo de controversia. Inicialmente, los CPO seguramente se enfrentarán a desafíos similares a los que enfrentaron los gerentes de responsabilidad social corporativa cuando recién pasaron a formar parte del panorama corporativo. Tendrán que hacerse escuchar en un ambiente que todavía se rige primordialmente por las ganancias, y probar el valor y la legitimidad de su posición dentro de la organización. Asimismo, se enfrentan con el desafío de tener que traducir los pensamientos filosóficos abstractos en acciones reales. Este siempre ha sido un desafío para los filósofos.  

Pensamos que sería una buena idea exponer a nuestros futuros jefes y directores al pensamiento filosófico durante su entrenamiento en nuestras escuelas de negocios. Esto podría potenciar la capacidad de introspección, el pensamiento racional y el pensamiento crítico en nuestros futuros líderes de negocios y podrían darles un propósito y una dirección en un momento en el que su identidad no está completamente formada, en lugar de tener más adelante a una persona que sea su conciencia y los guíe hacia lo correcto.  

Además, creemos que, más allá de la independencia y la responsabilidad de los directores, el CPO puede ayudar a cuestionar la moralidad de las decisiones tomadas por las juntas corporativas de directores y actuar como un catalizador para el “buen” liderazgo.

(*) Profesores de Audencia Business School

 

 

 

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Last modified on 2021-12-21

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