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Autor: Karen Lucero *

Los recursos petroleros son decisivos para el país. Entre 2018 y 2020 representaron en promedio 27,89% del total de los ingresos del gobierno central. En cuanto a las exportaciones, representó entre 2015 y 2020, en promedio, 31,8% del total de bienes exportados. En los próximos seis meses las expectativas son alentadoras en cuanto a la cotización internacional. La preocupación se centra en que para 2020 las reservas remanentes de crudo eran de 1.706 millones de barriles, lo que al ritmo de producción anual significa que al país le restan menos de nueve años de petróleo.

El petróleo es un recurso natural indispensable para los ingresos estatales y para generar divisas. A lo largo de su historia, desde 1972, se ha utilizado como un mecanismo para impulsar el gasto gubernamental. Sin embargo, en épocas de bonanza, ha permitido el ingreso de mayor financiamiento externo y, por tanto, incrementos importantes de la deuda pública.

Al corto plazo, durante este año existe un ambiente favorable para el petróleo: los precios en el mercado internacional se proyectan al alza. No obstante, las presiones para la economía ecuatoriana se materializarán dentro de unos años, cuando los recursos empiecen a escasear. A continuación, se revisará a detalle la evolución de la producción petrolera y su impacto en las finanzas públicas, exportaciones totales y las expectativas de reservas al corto y largo plazo.

EXPECTATIVAS POSITIVAS A MEDIANO PLAZO: COMIENZA EL QUINTO SÚPER-CICLO

Se espera un repunte en los precios de las materias primas, pero especialmente del petróleo. El 5 de marzo Goldman Sachs Commodities Research presentó las estimaciones respecto al precio del crudo en lo que resta del año.

Según el pronóstico se prevé que el precio por barril de Brent alcance a los $ 75 dólares durante el segundo trimestre del año. Y para el tercer trimestre aumente a $ 80 por barril. Mientras que JP Morgan también prevé el precio del Brent por encima de los $ 72 dólares en 2022.

Pero hay que considerar, en primer lugar, que el referencial para fijar el precio del crudo nacional es el WTI (West Texas Intermediate). Sin embargo, el diferencial del precio entre el Brent y el WTI fue, el 5 de marzo, de $ 3,48 dólares, una diferencia poco amplia.

Muchos factores favorecerían a un crecimiento del precio del petróleo. El inicio del “súper ciclo” se daría con la recuperación económica mundial post pandemia junto con estímulos directos y política monetaria flexible en las economías desarrolladas.

Además, entraron en juego otros factores como la reducción de la oferta mundial que encarecería el petróleo, esta reducción se dio por la ola de frío registrada en Texas. En tanto que aumentó la demanda de petróleo y gas debido a las bajas temperaturas en Asia.

Los pronósticos suponen que el mercado alcista se mantenga al menos en un mediano plazo, es decir, entre 2 y 3 años.

Aunque cabe señalar que la cotización del barril de petróleo ecuatoriano es menor que el del WTI, debido a que es un crudo más pesado y por tanto tiene una penalización en el precio. A pesar de la reducción de precio con respecto al resto de crudos, se espera de igual manera precios altos para el barril del oriente durante el resto del 2021 y siga la tendencia de los mercados internacionales.

Esta noticia resulta ser un enorme respiro para el siguiente gobierno, gane quien gane. A mayor precio del petróleo, mayores ingreso fiscales, lo que traerá liquidez a la economía del país que está ahorcada en estos momentos. Sin embargo, la realidad del Ecuador ha mostrado que en épocas de bonanza se malgastan los recursos y se los utiliza para acceder a más financiamiento.

EN 2020 LA PRODUCCIÓN SE REDUJO POR DESPERFECTOS DE INFRAESTRUCTURA

La producción petrolera ecuatoriana desde 2018 ha mantenido una tendencia estable y constante con altibajos no significativos. Sin embargo, entre abril y mayo de 2020 la producción de petróleo sufrió una caída no registrada en los últimos años (Gráfico 1).

El 16 de marzo se declaró Estado de excepción, se restringió la circulación y se suspendió la mayor parte de actividades productivas. Considerando que el sector automotor demanda un 57% del total de derivados, 17% el uso doméstico y 10% el industrial, la demanda interna de crudo y sus derivados se redujo; así como cayó la demanda mundial de petróleo en un -20%.

Aquello se reflejó en los precios a nivel mundial. En el mes de abril, el precio internacional del petróleo ecuatoriano cotizó en promedio en $ 14,04, el nivel más bajo de los últimos 20 años, según el Banco Central del Ecuador.

Gráfico 1

Producción mensual de barriles de petróleo

 

 

A pesar del ambiente de incertidumbre, los factores antes mencionados no son los causantes de la caída de la producción entre abril y mayo. El 7 de abril hubo una rotura de tuberías del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). Por ello se redujo la producción de 532 mil barriles a inicios de abril a 52 mil barriles hasta el 2 de mayo.

EL PETRÓLEO, UN ENCLAVE EN LOS INGRESOS FISCALES Y EN LAS EXPORTACIONES

En Ecuador hay una alta dependencia de los ingresos volátiles del petróleo. Las fluctuaciones en los ingresos dependen en menor medida de la cantidad producida y exportada. Pero el factor determinante de las variaciones en ingresos es la volatilidad del precio del petróleo que registra movimientos constantes a través del tiempo.

La dependencia petrolera radica en los ingresos fiscales (Gráfico 2) y en llegada de divisas vía exportación petrolera (Gráfico 3).

Entre el primer trimestre de 2018 y el último trimestre de 2020, los ingresos petroleros representaron en promedio 27,89% del total de ingresos. Solamente en 2020, aún con la caída de las exportaciones de petróleo, las cajas fiscales recibieron recursos por venta de petróleo por un total de $ 4.656 millones de dólares.

Gráfico 2

Ingresos totales y petroleros del Gobierno Central

 

 

Por otra parte, el crudo representa la mayor cantidad de exportaciones de bienes primarios. Entre el 2015 y 2020, las exportaciones de petróleo crudo, sin considerar a los derivados, representaron en promedio 31,88% de las exportaciones totales del país. Por lo que se distingue incluso gráficamente cómo las exportaciones petroleras mueven casi a la par la tendencia de las exportaciones totales.

Gráfico 3

Balanza comercial petrolera y no petrolera

 

 

Con los datos de los gráficos 2 y 3 se constata la importancia de un recurso natural en los ingresos de la economía. Incluso en 2020, año en el que la producción y precios caen, representó 23% de ingresos fiscales y 23,1% de exportaciones totales.

SIN EL PETRÓLEO, LA BALANZA COMERCIAL SERÍA DEFICITARIA

La particularidad de la estructura de la oferta exportable del Ecuador radica en que el resultado superavitario de la balanza comercial petrolera cubra el déficit de la balanza comercial no petrolera. A pesar de que en todos los años la balanza petrolera es positiva, en 2018 el resultado global fue negativo, con un déficit comercial por $ 477 millones de dólares.

Gráfico 3

Balanza comercial petrolera y no petrolera

 

 

Si Ecuador no fuera productor y exportador de petróleo, el impacto en la balanza comercial sería en dos direcciones: primero, dejaría de recibir ingresos por venta de petróleo, por lo que la balanza comercial petrolera y no petrolera serían negativas, lo que significará un déficit profundo en el comercio internacional; segundo, tendría que importar barriles de crudo y sus derivados para sostener la demanda interna, con ello se acentuaría el déficit comercial.

En resumen, es un bien que sostiene la balanza comercial del país. Los petrodólares son los que evitan que la economía caiga en un círculo deficitario de balanza comercial. Sin embargo, distorsiona los demás bienes exportables primarios no petroleros.

AL PAÍS LE QUEDAN RESERVAS PARA MENOS DE 10 AÑOS

Petroecuador define a las reservas de crudo como el hidrocarburo inicialmente en el sitio (HIP), es decir, la cantidad de barriles en los yacimientos por un factor de recobro que sería la tasa de recuperación del petróleo que puede ser extraído del yacimiento. En Ecuador, el factor de recuperación es de 35%.

Dentro del estudio de ingeniería en hidrocarburos se aplican técnicas específicas con el fin de tener certidumbre en cuanto a los posibles yacimientos existentes y que aún no han sido explotados. Sin embargo, los estudios técnicos no dan completa certeza de las reservas totales.

Para acercarse a la realidad se considera el indicador de reservas remanentes, que son los hidrocarburos que permanecen en el yacimiento y son recuperables en cualquier momento posterior a la producción comercial. Estas se calculan entre las reservas probadas de petróleo, es decir, toda la cantidad de petróleo encontrada en el territorio menos la cantidad de petróleo ya extraída.

Hasta el 31 de diciembre de 2011, según la Secretaría de Hidrocarburos, las reservas remanentes de crudo eran de 3.437 millones de barriles. Para calcular el remanente hasta el cierre de 2020, se considera el remanente de finales de 2011 y se resta de ese valor la producción anual (Gráfico 5).

Gráfico 5

Producción de petróleo y reservas remanentes

 

 

Al 2020, el país dispone de reservas remanentes por 1.706 millones barriles. Si consideramos que en los últimos años el promedio de extracción anual ha sido 192 millones de barriles, el país cuenta con petróleo para 8,8 años más.

Es de cuestionar que este modelo de extracción que es netamente extractivo no se ha preocupado por reinvertir en la producción más eficiente del petróleo. Por tanto, el factor de recobro es bajo. Es decir, hay un gran desperdicio del recurso; por cada 100 barriles en el yacimiento, con la tecnología actual de las empresas públicas, únicamente es posible extraer 35 barriles, por falta de inversión en nueva tecnología de extracción que permita aumentar la cantidad efectivamente producida.

Y el hecho de que las reservas se estén agotando presenta un desafío particular para el gobierno: nuevas fuentes de recursos que permitan mantener el nivel de gasto o, en su defecto, un cambio estructural que permita reducir el gasto para así generar un fondo petrolero de ahorro durante los pocos años que quedan.

En términos intertemporales, lo que ha hecho el Estado es consumir recursos naturales, especialmente el petróleo, de manera voraz y sin considerar las generaciones venideras que no tendrán disponibilidad de dichos recursos para invertir en el desarrollo social. Además que no dispondrán de los mismos recursos, heredan la deuda consumida en el pasado y presente.

Este es el resultado de políticas rentistas, extractivistas y cortoplacistas que centran su visón en el ahora, evadiendo la premisa de que el Estado persiste por un horizonte de tiempo no establecido, por tanto, los recursos naturales disponibles no deben ser gastados ni agotados, sino invertidos en cambios que puedan ser aprovechados por las futuras generaciones.

La discusión actual de los políticos radica en el hoy y pese a que el fin de la época petrolera para el país se aproxima rápidamente, pocas o nulas propuestas se plantean para generar un cambio de las finanzas públicas.

 

(*) Analista económica de Revista Gestión.

 

 

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Last modified on 2021-03-21

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