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Las crisis económicas históricas se han quedado cortas en comparación con las dimensiones de contracción por la pandemia COVID-19, en términos de alcance e intensidad. Las estimaciones de todas las variables son pesimistas, aún más para el Ecuador. Sin embargo, las previsiones son más alentadoras para el próximo año.

La Organización Mundial del Trabajo (OIT) calcula una reducción en promedio del 6,7% en el empleo en el segundo trimestre del 2020. Por otro lado, la Organización Mundial del Comercio (OMC) estimó para este año un desplome del comercio mundial en un escenario optimista del 13%, que podría alcanzar el 32% si no hay una respuesta pertinente.

Para el Ecuador, las proyecciones de crecimiento para 2020 son de -6,3% y -6%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, respectivamente. Pero para 2021 se espera que la tendencia se revierta y las economías latinoamericanas, entre ellas Ecuador, expandan sus economías.

Con alrededor de 50% de la población en confinamiento, la economía global se ha estancado, el suministro de bienes intermedios ha repercutido aún más en profundizar la intensidad de la crisis. Aunque los gobiernos a lo largo del mundo diseñaron importantes planes de rescate, las perspectivas de crecimiento siguen siendo negativas en la mayoría de los países, especialmente para la región.

EXPECTATIVAS NEGATIVAS PARA 2020

Según el FMI, nueve de 10 países entrarán en recesión este año. Esto tendrá como resultado una caída de 3% de la economía mundial, en contraste con la contracción de -0,1% que ocurrió durante la crisis de 2008-2009. Para la región se prevé una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) en un rango de -4,6% y -5,2% durante el 2020.

Gráfico 1

Perspectivas de crecimiento para los países de la región 2020 y 2021, según el FMI y el Banco Mundial

Las cifras presentadas en el Gráfico 1 son claras: las proyecciones de crecimiento son negativas, tanto según el FMI como el Banco Mundial, para toda la región, sin excepción. Luego del crecimiento limitado (del 0,1%) de América Latina y el Caribe durante 2019, se espera para el 2020 un desplome de entre -4,6 y -5,2 puntos porcentuales. Sin embargo, en 2021 se espera que la economía se recupere entre 2,6% y 3,4%.

Sin tomar en consideración a Venezuela, el país más afectado de la zona es México, con un probable decrecimiento de alrededor de -6,6% (y -6% según el Banco Mundial). Ecuador es el segundo país en América Latina que sufrirá un decremento profundo de su PIB de -6,3%, según el FMI y -6%, de acuerdo con el Banco Mundial. En ambos casos las estimaciones de la contracción son bastante profundas para el caso ecuatoriano.

¿LA PEOR CRISIS DE LA HISTORIA NACIONAL?

Si las proyecciones son correctas, entre 1950 y 2019 Ecuador no ha sufrido una caída tan empinada del PIB real (sin tomar en cuenta la inflación) como la estimada por el FMI para el 2020. En profundidad, la crisis de 1999 -previa a la dolarización- se asemeja, dado que en dicho año la economía cayó en -4,7% (Gráfico 2).

Pero las causas y el contexto de la crisis de 1999 en comparación con la recesión por la pandemia COVID-19 son diametralmente distantes. Primero, en 1999 la crisis se generó de manera interna por una desregulación del sistema financiero nacional, completa desconfianza de la sociedad por el elevado nivel de inflación (60,71%, según el INEC) y mal manejo de los fondos que desencadenó problemas de solvencia.

Gráfico 2

Variación del PIB real de Ecuador entre 1950 y 2020 (proyectado) en dólares de 2007

La contracción económica de Ecuador en 2020 tiene que ver por un shock externo causado por el coronavirus. Actualmente, la economía ecuatoriana no es capaz de diseñar política monetaria que expanda la cantidad de dinero dado que es un país dolarizado. La respuesta principal para salir a flote de la recesión depende de la política fiscal. Sin embargo, los únicos fondos que se dispone para inyectar dinero a la economía son mediante deuda, pues el nivel de ahorro fiscal es nulo.

A diferencia de 1999, el país tiene una estructura bancaria más regulada que puede prestarse como un fuerte mecanismo para incentivar y sostener el dinamismo económico mediante la inyección de recursos vías préstamos, que sean utilizados para sostener empresas y con ellos evitar un gran número de despidos.

PROPUESTAS PARA MITIGAR Y CONTROLAR LOS EFECTOS DE LA CRISIS SANITARIA

En primer lugar, los gobiernos necesitan destinar financiamiento para dotar de recursos al sistema de salud que es el primer frente de lucha contra la pandemia. En Ecuador, el presupuesto público para salud en el 2020 es de $ 3.888 millones, $ 553 millones más que en 2019. Sin tomar en cuenta el financiamiento para equipamiento, infraestructura y personal que se espera recibir del Banco Mundial ($ 26,3 millones), Banco Interamericano de Desarrollo ($ 25 millones) y la CAF ($ 51 millones).

Segundo, en orden de mantener el consumo en un nivel que satisfaga las necesidades per cápita, el Estado debe intervenir mediante trasferencias monetarias. En Ecuador, el Bono de Protección Familiar transferirá $ 120 en dos pagos, uno en abril y otro en mayo a alrededor de 950.000 familias con ingresos menores $ 400 (salario mínimo).

Finalmente, se plantea ampliar la cobertura y capacidad de créditos a corto plazo para las empresas, principalmente las micro, pequeñas y medianas para reducir el impacto en la capacidad de producción a futuro. Según la Asociación de Banco Privados, durante el mes de marzo se pidieron más créditos a corto plazo para las empresas con el motivo de inyectar liquidez.

¿PANORAMA ALENTADOR PARA LA ECONOMÍA EN 2021?

Según proyecta el FMI, para 2021 el crecimiento a nivel mundial se establecerá en 5,8%. Aterrizando en América Latina, se espera tener un crecimiento de 3,4%. La mayor parte de los países latinoamericanos, excepto Venezuela, revertirán la tendencia negativa en 2021.

Países como Chile, Perú y Uruguay tendrán a futuro un repunte de sus economías, con niveles de incremento del PIB superiores a los cinco puntos porcentuales. Por parte de las economías más grandes de la región, en 2021, Argentina, Brasil y México crecerán en a una tasa de 4,4%, 2,9% y 3% respectivamente.

Según el Banco Mundial, la región en 2021 crecerá de manera más conservadora, en alrededor de 2,6%; para el 2022 se espera un crecimiento similar (ver Gráfico 1).

Para Ecuador se estima un crecimiento de alrededor de 3,9%, bajo el supuesto de que el pico más alto de la curva de contagios cese durante el segundo trimestre de 2020. Por otro lado, el Banco Mundial estima que en 2021 Ecuador crecerá en 3,2% y 1,5% en 2022.

Si bien es claro que hacer frente al virus es la prioridad absoluta, todos los países tienen que reaccionar a las consecuencias económicas y sociales que trae la pandemia. Otro desafío a considerar es preparar la salida de esta crisis para que la recuperación de las naciones sea de una manera más rápida y minimice el impacto social y económico.

El desenlace a futuro tendrá relación directa con las medidas que se tomen en el periodo actual, la consideración principal será reducir, en la medida de las capacidades de cada país, el número de contagios y la tasa de mortalidad del virus.

Por: Karen Lucero, redacción Revista GESTIÓN.

 

 

 

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Last modified on 2020-04-16

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