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Autor: Revista Gestión *

En diciembre del 2022, el empleo en el sector informal alcanzó el 53,4%, un incremento interanual y mensual de 3,2 y 2,2 puntos porcentuales, respectivamente. Dentro de este grupo, se evidencia que las mujeres, las minorías étnicas, los jóvenes y las personas con bajos niveles educativos registran menores probabilidades de contar con un empleo en el sector formal.

MÁS DE LA MITAD DE PERSONAS CON EMPLEO SE ENCUENTRAN EN LA INFORMALIDAD

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el empleo en el sector informal se define como el conjunto de individuos que laboran en unidades productivas de menos de 100 trabajadores que tienen con Registro Único de Contribuyentes (RUC). Al contrario, el empleo en el sector formal se refiere a las personas que trabajan en establecimientos con RUC.

En diciembre del 2022, el empleo en el sector informal aumentó de forma interanual, pasando de 50,6% a 53,4%. Asimismo, este indicador presentó un incremento de 2,2 puntos porcentuales (pp) entre noviembre y diciembre del año pasado. Es decir, una de cada dos personas que cuentan con empleo se encuentra en situación de informalidad (Gráfico 1).

Durante el mes anterior, el empleo en el sector formal registró una reducción anual de 43,2% a 42,6%. Igualmente, estas cifras disminuyeron de en 1,1 puntos porcentuales entre noviembre y diciembre del 2022 (Gráfico 1). Esto implica que, cuatro de cada 10 ecuatorianos que cuentan con empleo pertenecen al sector formal.

Gráfico 1

Población con empleo en el sector formal e informal (% del total de personas con empleo)

CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS QUE INFLUYEN EN LA INFORMALIDAD

En una investigación realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el 2022, se identifican las variables sociodemográficas que influyen en la probabilidad de que una persona pertenezca al sector informal. De esta forma, el estudio concluye que ser mujer, joven o mayor, tener pocos años de educación, residir en áreas rurales, pertenecer a una minoría étnica, entre otras variables, incide en la informalidad del empleo. 

Las mujeres tienen mayor probabilidad de trabajar bajo condiciones de informalidad frente a los hombres. En efecto, ser mujer aumenta las probabilidades de obtener un empleo en el sector informal en 3,7 pp (OIT, 2022). Además, alrededor del 53% de las mujeres estaban empleadas en el sector informal en diciembre del año anterior (INEC, 2022). Entre los principales motivos está la discriminación laboral que conlleva menores salarios y el uso del tiempo de las mujeres, ya que buscan trabajos que les permitan cumplir con sus tareas dentro del hogar (Uribe, Ortiz y García 2008; Cuevas et al. 2016).

Tabla 1

Efectos de los determinantes de la informalidad

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En el área rural, la probabilidad de ser informal incrementa en 5,7 pp frente a una persona que reside en el área urbana (OIT, 2022). De hecho, el 75,6% de individuos de la ruralidad que tienen empleo se encuentra en situación de informalidad (INEC, 2022). 

Esto se debe a las altas tasas de pobreza y marginación de las zonas rurales, puesto que dichas circunstancias provocan que los individuos acepten trabajar en el sector informal, a pesar de los bajos salarios y las precarias condiciones laborales (Cuevas et al. 2016). A la par, estos resultados se derivan del predominio de actividades agrícolas en tales territorios (Canelas, 2019).

Respecto a la autoidentificación étnica, se observa que ser indígena incrementa la probabilidad de estar laborando en la informalidad en 12,9 pp. Igualmente, pertenecer a una minoría étnica (afrodescendiente, montubio) aumenta en 1,4 pp las probabilidades de que dichas personas cuenten con un empleo informal (OIT, 2022). 

Inclusive, 87,2% de los individuos de estas etnias trabajó en el sector informal en diciembre del año pasado (INEC, 2022). Este hecho se explica por la alta concentración étnica en áreas rurales, donde el acceso a servicios de salud es bajo y los niveles educativos son deficientes. De esta forma, las capacidades laborales de las personas que forman parte de una etnia suelen ser insuficientes al obtener un empleo en el sector formal (Parajuli 2014; Canelas 2019).

El nivel educativo está estrechamente relacionado con la probabilidad de que un individuo esté empleado en el sector informal. En efecto, cuando la escolaridad de una persona aumenta en un año, la probabilidad de pertenecer a la informalidad se reduce en 1,8 pp (OIT, 2022). Para diciembre del 2022, la gran mayoría (53,3%) de los empleados del sector informal contaba apenas con educación básica, mientras que solo 34,1% cuenta con instrucción media o bachillerato (Gráfico 3). 

Gráfico 2

Nivel de educación del empleo en el sector informal

Generalmente, las empresas están interesadas en contar con empleados productivos que tienen una adecuada formación, habilidades y capital humano (Amuedo-Dorantes 2013). De tal forma, los trabajadores con mayores logros educativos serán contratados por firmas grandes y estables que cumplen con las normativas laborales, por lo que tendrán remuneraciones elevadas (Yépez y Zambrano 2011). 

Al contrario, los individuos con menores años de escolaridad tienen mayor probabilidad de formar parte del sector informal, dado que la falta de capacidades y formación académica provoca que las ofertas laborales disponibles sean de corta duración, tengan bajos salarios, no se cumplan los contratos legales y existan altas posibilidades de despidos (Cuevas et al. 2016).

La edad también se relaciona con el tipo de empleo de una persona, dado que tener menos de 18 años o entre 18 a 29 años aumenta la probabilidad de trabajar en la informalidad en 31,7 y 11,7 pp, respectivamente (OIT, 2022). Asimismo, se evidencia que el 60,6% de individuos entre 15 y 24 años estuvieron empleados en el sector informal para diciembre del año pasado (INEC, 2022). Una de las principales razones es que los jóvenes no cuentan con la suficiente experiencia para acceder a empleos de calidad (Cuevas et al. 2016).

En conclusión, las altas cifras de informalidad están relacionadas con las características sociales y demográficas de la población. En este sentido, ser mujer, joven, tener bajos niveles educativos y pertenecer a una minoría étnica aumenta las probabilidades de tener un empleo en el sector informal. 

Cabe señalar que, dichos aspectos se derivan de las insuficientes oportunidades del mercado laboral y de las deficientes condiciones de desarrollo y bienestar de la población. Por lo tanto, es necesario que el gobierno mejore los servicios de salud y educación en áreas rurales, garantice el cumplimiento de las normas laborales e incentive la generación de empleo adecuado y formal.

(*) Gabriela Andrade, analista económica Revista Gestión. 

 

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Last modified on 2023-01-26

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