México rechaza renegociar TLCAN bajo presión

El Gobierno de México rechazó renegociar bajo presión el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tras los supuestos planes de EEUU de gravar las importaciones automotrices con 25 por ciento, dijo este jueves el portavoz de la presidencia, Eduardo Sánchez.

"Nuestro país tiene muy claro lo que es conveniente y lo que no, por lo qué de llegar a un acuerdo (para modernizar el TLCAN), será el que realmente beneficie a México (…) podemos estar tranquilos porque nuestro equipo de negociadores es profesional, muy experimentado y así se les ha reconocido prácticamente a nivel internacional", dijo Sánchez en un mensaje en la residencia oficial de Los Pinos (sede de Gobierno).

El portavoz del presidente Enrique Peña Nieto aseguró que "si no existen esas condiciones, México no va a avanzar en ese sentido", ante los planes que tendría el presidente de EEUU, Donald Trump de aplicar aranceles a los vehículos y autopartes importados.

El mandatario estadounidense invocó el miércoles 23 de mayo una ley de 1962 para ordenar al departamento de Comercio de EEUU, la Sección 232 de la Ley de Expansión de Comercio, que la Casa Blanca utilizó a principios de este año 2018 para imponer aranceles a la importación de acero y aluminio.

Después de recibir la orden, el secretario de Comercio de EEUU, Wilbur Ross, emitió un comunicado en el que se comprometió a realizar una investigación "detallada, justa y transparente".

Sin embargo, adelantó que "existe evidencia que sugiere que, durante décadas, las importaciones del extranjero han socavado a nuestra industria automotriz nacional".

El anuncio prolongaría hasta finales de 2018 la recta final de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en la que Trump exige que las reglas de origen se incrementen con dureza proteccionista, del 62,5 por ciento actual a un 85 por ciento, con una cláusula adicional que otorgue a EEUU el derecho de producir el 50 por ciento de las autopartes, propuesta rechazada tajantemente por los gobiernos de México y Canadá.

La medida de Trump haría naufragar la participación de la administración de Peña Nieto, que termina el 1 de diciembre, cinco meses después de los comicios presidenciales y legislativos del próximo 1 de julio, y también anularía el rol del actual Congreso de EEUU, que será renovado en noviembre de este año. (Sputnik)