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Autor: Juan Francisco Simone

En Ecuador, con frecuencia las estrategias regulatorias no cumplen sus objetivos. A pesar de que el Estado pretende detener conductas indeseadas, muchas veces no logra su cometido. Esta deficiencia se debe a que la legislación insiste en recurrir a estrategias tradicionales, como las normas de comando y control respaldadas por sanciones.

Consideremos el ejemplo de los sacapintas, delincuentes que roban afuera de las entidades financieras-. Aún cuando el Estado ha tratado de reducir este tipo de delitos mediante la obligación de uso de inhibidores de celulares en las agencias bancarias, la prohibición de uso de teléfonos por parte de los cajeros o la oferta de escolta por parte de la Policía Nacional, la incidencia sigue siendo alta.

Ante el fracaso de las estrategias tradicionales, aparecen las nudge regulations –regulaciones de empuje en español- como una alternativa vanguardista y que ha probado ser muy efectiva especialmente en sectores como salud pública, seguridad vial o finanzas. En este artículo se describirán cuáles son los objetivos de este tipo de regulaciones, su funcionamiento y ventajas. Además, se presentará un plan para combatir a los sacapintas mediante el uso de regulaciones nudge.

Las regulaciones nudge

Las regulaciones nudge son una propuesta de Richard H. Thaler y Cass R. Sunstein[1] que tienen como objetivo rediseñar las decisiones de las personas para orientarlas a un resultado específico, por eso han sido calificadas como arquitectura de las decisiones.

Esta teoría parte de la idea que los seres humanos no siempre somos racionales porque nuestras decisiones están limitadas por la disponibilidad de información, nuestra capacidad cognitiva y de autocontrol[2]. Debido a esto, los seres humanos utilizamos atajos mentales o heurísticos; por ejemplo, un heurístico común son las “reglas generales” que empleamos para tomar decisiones cuando no tenemos los elementos suficientes para reflexionar[3].

De acuerdo con los expertos, hay tres “reglas generales” que usamos con frecuencia: anclaje, se empieza con un ancla o dato que uno sabe y se lo ajusta en la dirección apropiada; disponibilidad, se evalúa el riesgo al comparar la situación actual con eventos cercanos, y representatividad, al evaluar si A puede pertenecer a la categoría B, se decide que tan parecido es A al estereotipo que tenemos de B [4].

Mas allá de los atajos mentales, existen otros sesgos del comportamiento que marcan nuestras decisiones: el optimismo irreal y el exceso de seguridad, la aversión a las pérdidas, la tendencia al status quo, y el estado en el que se presentan las cosas [5].

Estos sesgos pueden originarse en uno de los dos sistemas que procesan las decisiones de los seres humanos: el sistema automático o intuitivo en el que las personas no reflexionan (Sistema 1); y, el reflexivo o racional donde existe mayor deliberación y consciencia (Sistema 2). Mientras que los sesgos originados en el Sistema 1 son fáciles de corregir haciendo reflexionar a las personas, los originados en el Sistema 2 son más complejos; se requiere rediseñar el sesgo para manipular el comportamiento [6].

Una vez identificado el sistema en donde se procesa la decisión y el sesgo, se decide el grado de nudge y la herramienta que se empleará para rediseñar el comportamiento. Los expertos establecen tres grados de regulaciones nudge, dependiendo de su incidencia en la libertad de elección de las personas y el grado de manipulación de los sesgos, siendo el primer grado más respetuoso de la libertad individual y el tercer grado menos.

En cualquiera de estos tres grados, se pueden aplicar un sinnúmero de herramientas como los defaults o estados predeterminados –la donación de órganos predeterminada-, diseños o arquitectura física –salas de fumadores alejadas de lugares sociales-, campañas de información –advertencias de “fumar mata” en cajetillas de cigarrillos-, normas sociales, entre otras [7].

 

Las regulaciones nudge en acción: una alternativa para combatir a los sacapintas

Partimos de la idea que la decisión irracional es retirar altas sumas de dinero en efectivo, a pesar de la existencia de medios de transferencias electrónicas que son eficientes. En adición, entendemos que es una decisión procesada en el Sistema 2, las personas reflexionan antes de elegir esto.

Corresponde entonces identificar cuáles son los sesgos que podrían estar incidiendo en el comportamiento errático de las personas. Primero, podría existir el uso de una “regla general” de disponibilidad. Las personas suelen evaluar los riesgos tomando en consideración ejemplosinmediatos o disponibles. Si las personas logran pensar en un ejemplo inmediato, tienen mayores posibilidades de tener temor y preocupación de determinada decisión; caso contrario, van a considerar su decisión menos riesgosa y tomar menos precauciones.

Si la persona que retira altas sumas de dinero no tiene un ejemplo cercano de sacapintas, considerará menos riesgos a dicha acción y tomará menos precauciones. Segundo, las personas tienen exceso de seguridad, incluso cuando los riesgos son altos. Las personas que retiran altas sumas de dinero podrían considerar que a ellos no les pasará nada.

Finalmente, otro sesgo del comportamiento que se puede identificar es la tendencia de las personas a apegarse a su situación actual o status quo. Esta tendencia causa inercia en los individuos; en el caso concreto, las personas prefieren continuar con la vieja costumbre de retirar dinero en efectivo antes que utilizar medios electrónicos para efectuar transferencias.

Con estos antecedentes, se puede rediseñar la decisión de las personas en base a sus mismos sesgos mediante el uso de las siguientes herramientas: 1. Modificación del default o estado predeterminado: mediante una resolución, establecer que toda transferencia mayor a una cifra base –digamos, $ 1.000-, debe ser transferida electrónicamente a menos que el usuario mencione lo contrario (se modifica el status quo y se invierte la inercia a favor del uso de medios electrónicos); y, 2. Advertencia de riesgos: en caso de optar por retirar el dinero, deberá firmar un documento en donde se enumeren los peligros de llevar altas sumas de dinero en efectivo (se rediseña la información disponible para que la persona evalúe el riesgo verdadero).

Como se ha visto, las regulaciones nudge podrían constituirse en una alternativa frente a las estrategias tradicionales para los entes encargados de la regulación y legislación .

[1]Thaler R and Sunstein C, Nudge (1st edn, Yale University Press 2008)

[2]Baldwin R, ‘From Regulation To Behaviour Change: Giving Nudge The Third Degree’ (2014) 77 The Modern Law Review

[3]Thaler R and Sunstein C, n 1arriba

[4]Ibid

[5]Ibid

[6]Amir O and Lobel O, ‘Stumble, Predict, Nudge: How Behavioral Economics Informs Law And Policy’ (2017) 8 Columbia Law Review

[7]Baldwin R, n 2arriba

Last modified on 2017-09-20

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